En una sorprendente muestra de destreza política, el debate presidencial de 2024 dejó a los espectadores preguntándose: “¿Es esto un debate o una competencia de canciones de cuna?” El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump subieron al escenario, armados con sus temas de conversación, y rápidamente hicieron dormir a la audiencia.
El debate comenzó con una explosión (o más bien, un crujido) cuando ambos candidatos subieron a sus podios arrastrando los pies. Trump, que parecía una morsa descontenta con traje, se inclinó hacia el micrófono y declaró: "¡Tengo más energía que un perezoso con cafeína!". Biden, por otro lado, se ajustó los bifocales y susurró: “Sólo estoy aquí para la oferta especial para madrugadores”.
A los moderadores se les dijo que no despertaran a ninguno de los candidatos si se quedaban dormidos. Afortunadamente, hubo algunos ronquidos del lado de Biden, pero resulta que fue solo un pedo lento. Aún así, los verdaderos ganadores del debate fueron los moderadores cuya inyección de “gracias” y “siguiente pregunta” realmente sacudió el evento.
La economía ocupó un lugar central y Trump no perdió el tiempo. “Amigos, vamos a construir un muro bañado en oro alrededor del mercado de valores”, anunció. "Será tremendo, ¡créanme!" Biden, siempre pragmático, respondió: “¿Qué tal si invertimos en puentes, carreteras y una oferta nacional de 'Compre uno y obtenga otro gratis' en proyectos de infraestructura? ¡Compras un puente y obtienes una reparación de baches gratis!
Mientras los candidatos hablaban de políticas fiscales y tasas de inflación, la audiencia se enfrentaba a un dilema: ¿café o una manta caliente? El postizo de Trump amenazaba con quedarse dormido, mientras que la corbata de Biden parecía susurrar: "Psst, ¿quieres escuchar un cuento antes de dormir?". ¿El verdadero ganador? El botón de silencio, que nos evitó escuchar en voz alta los tweets de Trump a las 3 am.
Trump se inclinó, con los ojos brillando como los de un mapache asaltando un cubo de basura. “¡He negociado con líderes mundiales: Putin, Kim Jong-un e incluso el fantasma de Napoleón!” Biden arqueó una ceja. “Bueno, una vez compartí una bolsa de Werther's Originals con Angela Merkel. Es una negociadora dura; se quedó con las de fresa.
En un giro sorprendente, el debate se convirtió en las Olimpíadas de la Siesta. Trump balanceaba una pila de documentos políticos sobre su cabeza mientras roncaba en código Morse: “Make America Zzz Again”. Biden, envuelto en una colcha con la leyenda "Franela obstruccionista", soñaba con un mundo donde los políticos no se interrumpieran entre sí. El público estalló en aplausos... ¿o fue un bostezo colectivo?
Como recordatorio, estas son las dos únicas opciones para liderar un país de 300 millones de habitantes. Un narcisista geriátrico y un paciente geriátrico de cuidados paliativos.
Al concluir el debate, Trump le guiñó un ojo a la cámara. "¡Recuerden, amigos, soy el único presidente que puede tuitear mientras duermo!" Biden, medio dormido, murmuró: "Prometo unir al país, a menos que sea la hora de la siesta".
Y así, queridos lectores, el debate sobre 2024 nos dejó con una pregunta candente: "¿Quién necesita cafeína cuando tienes candidatos presidenciales que te adormecerán en el país de los sueños?" Hasta la próxima, mantente despierto o, mejor aún, ¡duerme la siesta!
Descargo de responsabilidad: Ningún político resultó perjudicado durante la realización de esta columna. Sin embargo, varias almohadas estaban mullidas.
(Siga la información y el entretenimiento de Chris Kamler en Twitter, donde lo encontrará como @TheFakeNed)