EDITOR:
Soy cristiano y votaré sí a la Enmienda 3.
Las cuestiones relacionadas con la atención sanitaria reproductiva son complicadas y cualquier declaración breve no hace justicia a la importancia y el peso de esta cuestión. Al pensar en la cuestión de la atención sanitaria reproductiva y creer que Dios nos habla a través de medios humanos y divinos, he pasado tiempo hablando con proveedores de atención sanitaria, personas religiosas y mujeres.
Soy una persona de fe, pero mi devoción a Dios no es algo que busque imponer a los demás. Mi sabiduría y mi conocimiento son finitos, y no puedo hacer que la compasión, la bondad, la misericordia y el amor de Dios por cada persona encajen en una caja humana que yo mismo he creado. No soy médico; no he estado en el lugar de otros; no estoy en condiciones de tomar decisiones médicas por otra persona. Cada persona y situación son únicas y no se debe negar el acceso al mejor tratamiento de salud reproductiva posible.
La protección de la vida se produce de muchas maneras: en relación con el acceso a la atención sanitaria, el respeto y la protección del medio ambiente, la mejora de las leyes de seguridad en materia de armas para que estas ya no sean la principal causa de muerte de niños en este país. La protección de la vida consiste en el cuidado humanitario del extraño y en garantizar que nadie carezca de las necesidades básicas de alimentación y vivienda.
Al acudir a las urnas, espero que consideren a los candidatos que mejor demuestren amabilidad, respeto, honestidad e integridad. La grandeza de nuestro país es que somos libres de tener opiniones políticas diferentes. Esto no tiene por qué dividirnos. Creo que la belleza y la fortaleza de nuestro país se encuentran en honrar la singularidad, las experiencias, las perspectivas, el conocimiento y la sabiduría de los demás.
--Pam May Candidata demócrata por el 6.º distrito del Congreso