EDITOR:
La época dorada de América ha llegado.
El primer día, el presidente Trump comenzó a emitir cientos de acciones ejecutivas y órdenes para asegurar nuestra frontera, reducir el gasto innecesario en diversidad, equidad e inclusión (DEI) y liberar la independencia energética estadounidense.
Su declaración de emergencia nacional en nuestra frontera sur no es sólo una noticia importante para estados como Texas y Arizona. Prácticamente todos los estados del país se convirtieron en estados fronterizos en la América de Biden. Incluso en Missouri, hemos visto a inmigrantes ilegales delincuentes inundar nuestras comunidades e innumerables niños envenenados por el mortal fentanilo contrabandeado a través de la frontera. Afortunadamente, las políticas de fronteras abiertas de Biden ahora son cosa del pasado.
El presidente Trump ha restablecido la política de “Permanecer en México”, que tuvo mucho éxito. Ahora, en lugar de que todos los que se presenten en las puertas obtengan un pase libre para ingresar a Estados Unidos, las personas tendrán que esperar en México mientras se procesan sus solicitudes de asilo. Esto es importante porque disuadirá a miles de inmigrantes ilegales de intentar engañar al sistema.
El presidente también cerró la aplicación CBP One para reducir el fraude y garantizar que todos los inmigrantes sean examinados a fondo, y eliminó la fallida política de “captura y liberación”. Si atrapamos a un inmigrante ilegal en la frontera, no deberíamos dar la vuelta y liberarlo. Deberíamos detenerlo y enviarlo a casa.
Quizás lo más importante es que designó a los violentos cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras. Eso es exactamente lo que son: asesinan a estadounidenses inocentes y destruyen nuestro país con fentanilo. Ya hemos visto el daño que el Tren de Aragua ha causado en nuestras comunidades, y es hora de expulsar a sus miembros y a otros miembros de los cárteles de nuestro país.
El Congreso ya está trabajando codo a codo con el presidente para asegurar rápidamente la frontera. Esta semana aprobamos la Ley Laken Riley, que garantizará que detengamos a los inmigrantes ilegales que ya han sido acusados de delitos como el robo. Es ilegal que estén aquí en primer lugar, pero si van a cometer otros delitos, tienen que irse antes de que lastimen a alguien. El proyecto de ley se enviará al presidente y se convertirá en ley pronto para que podamos proteger mejor a los ciudadanos estadounidenses.
Durante los últimos cuatro años, he dicho que mantener vigentes las políticas fronterizas del presidente Trump nos haría más seguros. Ahora ha restablecido muchas de ellas y ha tomado medidas aún más decisivas. Hay mucho trabajo por hacer en la crisis fronteriza y en muchos otros asuntos, pero el presidente Trump está actuando con rapidez y espero poder ayudarlo a que Estados Unidos vuelva a encarrilarse.
--Congresista Sam Graves Sexto Distrito