EDITOR:
Con todos los lloriqueos y lamentos sobre la inflación en estos días, aquí hay algunas cosas para recordar:
Los precios no suben ni se disparan, aunque sean el sujeto de una oración, no tienen agencia. Más bien son el resultado de decisiones y eso debemos aclararlo en nuestro discurso: Los negocios y las empresas suben los precios. Hay diferentes razones para eso, pero principalmente porque las empresas ven una oportunidad para hacerlo.
Además, la inflación es una necesidad en nuestra sociedad capitalista. Los préstamos otorgados por los bancos superan la cantidad de dinero depositado varias veces, con el apoyo de la Reserva Federal. Sin ese dinero la gente no podría comprar muchas cosas o servicios que produce nuestra economía.
¿Alguien recuerda cuando el oro costaba $35 la onza y ahora está en $1800, o cuando una barra de pan costaba 25 centavos y ahora es muchas veces más? ¿Nuestro nivel de vida se ha visto afectado por eso o ha mejorado significativamente?
No estoy diciendo que la inflación no sea una preocupación cuando se vuelve rampante. Por supuesto, cuando el gobierno inyecta dinero al sistema por encima de la cantidad habitual (todo el dinero en nuestro sistema proviene de alguna manera del Gobierno Federal, es el único emisor de moneda en los EE. UU. y actúa a través de la Reserva Federal y el Tesoro ) las personas y las empresas tienen más dinero para gastar, lo que aumenta la demanda y anima a las empresas a subir los precios, véase más arriba.
La inflación, cuando perjudica a la población, se puede abordar de diferentes maneras: se puede ayudar financieramente a las personas de bajos ingresos, se pueden asignar bienes raros, por ejemplo, racionándolos, como durante la Segunda Guerra Mundial, luego está la herramienta de control de precios. y todos podemos abstenernos de comprar la mayoría de las cosas que consideramos demasiado caras. Algunas las debemos comprar porque no podemos aplazar la compra.
Hace años compré una casa de aro de un comerciante Amish y cuando expresé mi asombro de que lo vendiera mucho más barato que otro negocio aquí en el área, respondió: solo quiero ganarme la vida, no quiero hacerme rico. y no creo que deba enriquecerme con un solo cliente.
Si más empresas compartieran esa actitud, podríamos tener menos problemas con la inflación. Por supuesto, hay quienes quieren hacer heno político con este tema: políticos de oposición y algunas 'organizaciones de noticias'.
–Klaus Karbaumer
Ciudad Platte